3 abr 2011

Sin autoridad no hay educación.

Ningún sistema educativo puede desarrollarse con normalidad ni puede alcanzar objetivos mínimamente satisfactorios si no está estructurado sobre la base del respeto a la autoridad que los maestros y profesores deben ejercer naturalmente en el aula; y si no está asociado al mantenimiento de las normas disciplinarias que deben imperar, necesariamente, en los establecimientos de enseñanza.
De ahí la honda preocupación que suscitan los graves y reiterados episodios registrados últimamente en nuestro país, demostrativos de las dificultades que afronta hoy la educación en la Argentina como resultado de ese notorio quebrantamiento del principio de autoridad y del consiguiente estado de caos en que ha derivado, en muchos casos, la relación entre los docentes y los alumnos. Es imprescindible que como sociedad tomemos conciencia de las gravísimas consecuencias que puede llegar a tener para el país este aflojamiento de las estructuras disciplinarias básicas del sistema de enseñanza.