La Justicia cordobesa ordenó que el Estado provincial indemnice con 6 millones de pesos a la familia de un chico que en marzo de 2005 quedó hemipléjico tras un accidente ocurrido en la escuela IPET 57 “Comodoro Rivadavia” de barrio General Paz de la capital cordobesa.
El 17 de marzo de ese año, Mario Almonacid, que entonces tenía 16 años, estaba en una clase de gimnasia, subió al techo del colegio a buscar una pelota, se resbaló y cayó. Quedó en estado de coma.
La caída fue de unos siete metros de altura , y al caer, golpeó con su cabeza en el piso, lo que le provocó lesiones cerebrales irreversibles. Los médicos del Hospital de Niños lo operaron dos veces y les le dijeron a sus papás, Fátima y Mario, que su hijo “ tenía el 5 por ciento de posibilidades de vida ”.
Mario estuvo internado en coma 2 meses, hasta que a fines de mayo de 2005 fue derivado para rehabilitación al Instituto Modelo de Reeducación y Rehabilitación Neurológica “Fundación Rayo de Sol”. En julio de ese año, salió del coma y sorprendió a todos: miró a una enfermera y la saludó en inglés –nadie pudo explicar por qué–. El director del instituto, Rodolfo Castillo Morales, sólo dijo que “fue un milagro” que el chico hubiera podido recuperar el habla.
Dos meses después, Mario regresó a su humilde casa, donde además de sus papás y sus hermanitos Micaela y Jesús, lo recibió a lamidas su perra Jaz, a la que no veía desde hacía seis meses.
En la primera etapa de recuperación hogareña, el chico se movilizó gracias al “Mariomóvil”, un carrito de supermercado acondicionado como silla de ruedas, que le fabricó su amigo Elías Carlos.
Hincha fanático de Talleres de Córdoba, Mario ahora se ilusiona con recuperarse , “volver a caminar, y si Dios quiere volver a jugar a la pelota”, dijo ayer a Clarín un familiar del chico.
Luego de seis años de espera, el juez Eduardo Bruera condenó a la Provincia a indemnizar a los Almonacid, basándose “en el deber de seguridad que pesa sobre los establecimientos educacionales a cargo del Estado”.
El magistrado sostuvo que “se trata de un caso de reparación vital, mucho más amplia que la laborativa que abarca hasta el día estimado de su deceso, conforme al promedio de vida actual previsto”. Y agregó que “la víctima experimenta una incapacidad psíquica y física agravada en la que pierde su autonomía personal y económica; un destierro en vida ”.
Desde la Provincia admitieron que son responsables de brindar seguridad en las escuelas y que por ello deben indemnizar a este chico; pero adelantaron que apelarán el monto de 6 millones de pesos porque la demanda inicial había sido de 139 mil pesos. Esto cayó muy mal entre los familiares del chico accidentado. Y se mostraron esperanzados con que la Cámara de Casación deje firme la sentencia a su favor.
Antecedentes
La muerte de Amparo Alfonsín, la nieta del ex presidente, fue un caso emblemático. En 2004, una puerta del colegio se desplomó sobre ella y un trozo de vidrio le cortó la arteria femoral.
En 2010, un chico de tres años se asfixió en un jardín de Rosario: la cuerda de un juguete se le enredó en el cuello cuando se tiró de un tobogán.
En 2008, un chico de ocho años murió en una escuela de José C. Paz. Se subió a un inodoro que se rompió y se cortó el cuello. Por Gustavo Molina Córdoba. Corresponsalía
Fuente: http://www.clarin.com/
El 17 de marzo de ese año, Mario Almonacid, que entonces tenía 16 años, estaba en una clase de gimnasia, subió al techo del colegio a buscar una pelota, se resbaló y cayó. Quedó en estado de coma.
La caída fue de unos siete metros de altura , y al caer, golpeó con su cabeza en el piso, lo que le provocó lesiones cerebrales irreversibles. Los médicos del Hospital de Niños lo operaron dos veces y les le dijeron a sus papás, Fátima y Mario, que su hijo “ tenía el 5 por ciento de posibilidades de vida ”.
Mario estuvo internado en coma 2 meses, hasta que a fines de mayo de 2005 fue derivado para rehabilitación al Instituto Modelo de Reeducación y Rehabilitación Neurológica “Fundación Rayo de Sol”. En julio de ese año, salió del coma y sorprendió a todos: miró a una enfermera y la saludó en inglés –nadie pudo explicar por qué–. El director del instituto, Rodolfo Castillo Morales, sólo dijo que “fue un milagro” que el chico hubiera podido recuperar el habla.
Dos meses después, Mario regresó a su humilde casa, donde además de sus papás y sus hermanitos Micaela y Jesús, lo recibió a lamidas su perra Jaz, a la que no veía desde hacía seis meses.
En la primera etapa de recuperación hogareña, el chico se movilizó gracias al “Mariomóvil”, un carrito de supermercado acondicionado como silla de ruedas, que le fabricó su amigo Elías Carlos.
Hincha fanático de Talleres de Córdoba, Mario ahora se ilusiona con recuperarse , “volver a caminar, y si Dios quiere volver a jugar a la pelota”, dijo ayer a Clarín un familiar del chico.
Luego de seis años de espera, el juez Eduardo Bruera condenó a la Provincia a indemnizar a los Almonacid, basándose “en el deber de seguridad que pesa sobre los establecimientos educacionales a cargo del Estado”.
El magistrado sostuvo que “se trata de un caso de reparación vital, mucho más amplia que la laborativa que abarca hasta el día estimado de su deceso, conforme al promedio de vida actual previsto”. Y agregó que “la víctima experimenta una incapacidad psíquica y física agravada en la que pierde su autonomía personal y económica; un destierro en vida ”.
Desde la Provincia admitieron que son responsables de brindar seguridad en las escuelas y que por ello deben indemnizar a este chico; pero adelantaron que apelarán el monto de 6 millones de pesos porque la demanda inicial había sido de 139 mil pesos. Esto cayó muy mal entre los familiares del chico accidentado. Y se mostraron esperanzados con que la Cámara de Casación deje firme la sentencia a su favor.
Antecedentes
La muerte de Amparo Alfonsín, la nieta del ex presidente, fue un caso emblemático. En 2004, una puerta del colegio se desplomó sobre ella y un trozo de vidrio le cortó la arteria femoral.
En 2010, un chico de tres años se asfixió en un jardín de Rosario: la cuerda de un juguete se le enredó en el cuello cuando se tiró de un tobogán.
En 2008, un chico de ocho años murió en una escuela de José C. Paz. Se subió a un inodoro que se rompió y se cortó el cuello. Por Gustavo Molina Córdoba. Corresponsalía
Fuente: http://www.clarin.com/