Los profesores universitarios católicos, que no sólo dictan clases en instituciones confesionales, tuvieron su
encuentro anual. Y más allá de los debates planteados -acerca de la dignidad de la persona, exclusión social y pobreza, comunicación, desarrollo humano y capital social, entre otros- la principal novedad fue que por primera vez el Encuentro Nacional de Docentes Universitarios Católicos (Enduc) se celebró en una sede estatal: la Universidad Nacional de La Rioja.
Signo de madurez y sana convivencia, más de 400 docentes que se desempeñan en sedes estatales y privadas compartieron reflexiones y puntos de vista disímiles, en un ámbito de diálogo y pluralidad. "La universidad riojana, hija predilecta de su pueblo, es y quiere seguir siendo un apóstol pionero de la ciencia y de su conocimiento, como también promotora de valores consagrados", dijo el rector anfitrión, Enrique Tello Roldán, al recibir a los participantes. Entre ellos estaba un enviado del Papa: el subsecretario de la Pontificia Congregación para la Educación Católica, monseñor Angelo Vincenzo Zani, que llevó el mensaje del Vaticano en favor de una educación de calidad, como uno de los desafíos irrenunciables para el trabajo en las aulas. "No por tener un carácter confesional, las universidades católicas renuncian a la excelencia y a la calidad", explicó Zani. La mirada de la Iglesia sobre la realidad educativa en esta región tiene sus razones.De las casi 1400 universidades católicas que hay en el mundo, más de 800 están en países del Tercer Mundo. En algunas, como en Taiwán, apenas el 2% del alumnado es católico. Y, por el contrario, en países con fuerte tradición cristiana hay muchos estudiantes católicos en universidades estatales. En todos los casos, sostiene Zani, hay que esforzarse por mejorar la formación de los profesores.
La Santa Sede mantiene un fuerte compromiso por la excelencia académica, y eso se refleja en su participación en el llamado Proceso de Bolonia, en el que unas 47 universidades europeas avanzan en la unificación de sus estándares académicos. En un mundo dominado por la globalización y con fuertes síntomas de ausencia de lo trascendente, monseñor Zani propuso promover el estudio de los valores humanos, para que estén presentes en todo el curso académico y no sólo en asignaturas aisladas en instituciones católicas. Unos 250 ministros, rectores y profesores celebraron la idea y, con el respaldo de la Unesco, se comprometieron a analizarla con profundidad. Se trata de ideas que aportan a la educación y a la excelencia valores más sustanciosos que el reparto asistencial de computadoras y materiales en el aula. Por Mariano De Vedia
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